Siddharta - Herman Hesse







Herman Hesse comenzó a escribir Siddharta en 1919, mientras estaba atravesando unos períodos de éxito literario. Los primeros cuatro capítulos fueron publicados en un periódico. Después abandonó el proyecto y continuó con la obra en el invierno de 1919-20.

En Siddharta el camino de la verdad es como en el Gita, una lucha constante por alcanzar la perfección.

Hesse confesó que esta obra contenía muchos elementos autobiográficos. La búsqueda de Siddharta en la novela correspondía a la búsqueda del propio autor, y la sencillez de la trama le permitía exponer ideas e inventar diálogos que correspondían a sus propias inquietudes.

Siddharta, el agraciado hijo del brahmán, el joven halcón, creció junto a su amigo Govinda al lado de la sombra de la casa, con el sol de la orilla del río, junto a las barcas, en lo umbrío del bosque desauces y de higueras. EI sol bronceaba sus hombros brillantes al borde del río, en el baño, en las abluciones sagradas, en los sacrificios religiosos. La sombra se adentraba por sus negros ojos en el boscaje de mangos, en los juegos de los niños, en el canto de su madre, en los sacrificios religiosos, en las enseñanzas de su padre y sus maestros, en la conversación de los sabios. Ya hacía mucho tiempo que Siddharta participaba en las conferencias de los sabios. Con Govinda se entrenaba en las lides de Ja palabra, en el arte de la contemplación, de saber ensimismarse. Ya podía pronunciar quedamente el Om la palabra por excelencia. Había conseguido decirlo en silencio, aspirando hacia adentro, aprendió a enunciarlo calladamente, aspirando hacia afuera, concentrando su alma y con la frente envuelta en el brillo de la inteligencia. 




OPINIÓN

Es un cuento, y nada más. Un cuento muy bien escrito en el que Siddharta tiene sus crisis de personalidad, y en el que si hemos de buscarle un mensaje, el que yo encontré es que a veces debemos equivocarnos para saber lo que está bien hecho. Ayuda a interiorizar.
Explica de una forma casi perfecta qué es la vida de las personas entregadas a la meditación. Lo leí porque las referencias a este libro decían que te cambia la forma de ver las cosas, pero en mi caso no ha ocurrido. Sí en un libro que transmite bondad, pero no es mágico.
Es un libro con pocas páginas, se lee muy rápido, así que es perfecto para leer en soledad en un día lluvioso de invierno.


Vista: El agua fluyendo en el río
Gusto: Rancho, gachas
Oído: Las hojas mecidas por el viento
Olfato: Incienso
Tacto: Cestos de mimbre



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 Sabe a vino:



2 comentarios:

mientrasleo dijo...

Me gusta este autor y me gustó Siddharta, una historia que casi es más ensayo o filosofía que novela por todo lo que se reflexiona.

Equilibro dijo...

Gracias por tu comentario. Intentar transmitir magia narrando de una forma pragmática no es nada sencillo. Era un gran autor.