En una ciudad que ha perdido el brillo, un policía lucha contra las
sombras
Noche de Reyes de 2011. El inspector Héctor Salgado, obsesionado
por la desaparición de Ruth, su ex mujer, no puede conciliar el sueño y
fuma un cigarrillo tras otro. De madrugada, aún insomne, recibe una
llamada del nuevo agente a sus órdenes: la secretaria del director
general de una conocida empresa de cosméticos se ha arrojado a las vías
del metro.
Parece un caso menor, pero con el paso de los días Salgado
irá descubriendo que tras ese presunto suicidio se esconde una compleja y
peligrosa red de mentiras.Entretanto, la agente Leire Castro, atrapada
en casa por una baja médica prematura, a mes y medio de dar a luz,
también piensa en el caso nunca cerrado de Ruth. Es un misterio al que
no puede resistirse. Y aunque en su estado no debería emprender una
investigación, en su carácter está no detenerse, insistir, derribar esas
fachadas que siempre ocultan males mayores?
«El retorno de la novela
negra mediterránea.»El País
«El nuevo fenómeno de la narrativa
policial.»La Vanguardia
«Un deseado contrapunto a la blancura cegadora de
tanto policial nórdico.»The Guardian
OPINIÓN
Echaba de menos al inspector Salgado, que ya en "El verano de los juguetes muertos" dejaba una huella imborrable en el lector.
Secuela del libro anteriormente comentado, y escrita opinión allá en agosto del 2011, que enlaza perfectamente con el predecesor, ya en la primera página sientes que formas parte de la trama, del equipo policial, pues a todos ellos los conoces en profundidad. Aún así, Héctor Salgado está más angustiado en este libro que en el anterior, quizá han pasado ya seis meses de la desaparación de Ruth y volver a la rutina sin saber que ha sido de ella se le hace cuesta arriba.
En mi opinión esta segunda entrega es igual de sensacional que la primera. Te engancha desde la primera página, el autor entrelaza personajes, lugares y situaciones como pocos; en definitiva (y como ya comenté en el post del primer libro) es novela policíaca clásica, de las de antes. Desde el principio hasta el final sabes que algo pasó (todos hablan de ello) pero no conoces el desenlace hasta el final, y este desenlace es mucho más fuerte del que pensaba. La diferencia con "El verano de los juguetes muertos"es que "Los buenos suicidas" huele más a limpio (percepción personal); quizá sea porque los malos, esta vez, viven en mejores barrios.
Lo que más me ha gustado es que el libro ha quedado abierto para una tercera entrega, ¡bien!
Vista: La ciudad desde la azotea
Gusto: Tabaco
Oído: Oficina, teléfono, papeleo
Olfato: Perfume de mujer
Tacto: Madera noble
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